Nuestra fundación, nacida en 1988 de la visión y el amor de Rosa Nieto de Kravtzov, se ha convertido en un faro de esperanza y apoyo para muchas personas. Desde sus inicios, dedicados exclusivamente a la atención de personas con discapacidad, hemos evolucionado a lo largo de más de 35 años, ampliando nuestro alcance para incluir a pacientes post-operados, traumatológicos, accidentados y personas mayores que requieren atención especializada. Aunque Rosa falleció en 2005, su legado perdura en el trabajo incansable de sus hijos, quienes continúan guiando la institución con el mismo compromiso y pasión. Hoy, además de ofrecer tratamientos de rehabilitación, proporcionamos módulos alimentarios a quienes los necesitan y realizamos donaciones a comedores y organizaciones que ayudan a los más vulnerables. También nos enorgullece dictar cursos y talleres que no solo educan, sino que también facilitan oportunidades laborales en el ámbito de la atención primaria y la rehabilitación motriz. Cada historia que tocamos es un testimonio del impacto positivo que podemos generar juntos.